La incidencia del sistema
de refrigeración en el desempeño de un motor
es alta. La estabilidad en la temperatura es sinónimo
de carburación y lubricación estable. La temperatura
excesiva impide que los fenómenos naturales que se aprovechan
en el funcionamiento de un motor le sigan siendo favorables.
La disipación de
calor se controla mediante el agua, el aire y el lubricante. La temperatura también
depende del color del bloque de cilindros. Si es muy claro,
los rayos de luz que salen del metal son reflejados y parte del
calor no es disipado con la facilidad que se requiere. Por ello
se recomienda pintarlos de color obscuro.
Aun con su sistema de refrigeración
lleno de agua, el motor
deja de ser enfriado si el líquido
comienza a ebullir. Mientras el agua hierve las burbujas impiden
la refrigeración del metal en los puntos donde se generan.
Esta pérdida de eficiencia en el proceso de disipación
de calor también produce corrosión prematura en el
metal de las cámaras de agua del block.
Por su parte, las aspas de la bomba de agua ya no logran impulsar
el refrigerante a la velocidad que se requiere. Este fenómeno
se conoce en macánica automotriz como
cavitación y
su nombre obedece a las cavidades que se generan en la masa de un
líquido mientras ebulle. Para disminuir o impedir la corrosión,
se utilizan refrigerantes especiales.
La temperatura que debe alcanzar
el agua para hervir depende de la presión que se ejerce sobre
ella. A mayor presión, mayor será la temperatura para
lograr el punto de ebullición, (Blaise Pascal, 1653).
En condiciones normales hierve cuando alcanza 100º C y la presión
es de 1 Atmósfera o 760 mm de Mercurio (Torricelli). Esta
medida equivale aproximadamente a cargar cada centimetro cuadrado
con un kilo de peso (Kg/cm2).
Sistema de Refrigeración Presurizado
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El refrigerante se mantiene confinado
dentro del sistema de enfriamiento y se aisla de la atmósfera.
La presión es controlada en forma automática por la
tapa
de radiador.
El agua se calienta, hasta
que la presión que genera es capaz de comprimir el resorte
principal de la tapa, lo cual separa el sello de su asiento, (ver).
Esto permite la salida de líquido y vapor. Como regla general,
cada libra (1) por pulgada de presión que se agregue, el
punto de ebullición sube en 1,5º C.
Mientras el refrigerante no hierve la condición es normal.
Enfriar un motor con agua a 120° C o más no es un problema.
Al contrario. Subir la temperatura del agua mejora el rendimiento
del motor y el sistema de refrigeración se torna más
eficiente. El calor se disipa a mayor velocidad debido a que la diferencia
de temperatura entre el ambiente y el motor es mayor.
Refrigeración de Alto Rendimiento
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Los motores de competición
utilizan sistemas de refrigeración de alta presión.
Esto significa que utilizan tapas de radiador especiales de 22
a 26 libras por pulgada. Esta presión inhibe la ebullición
y aumenta la temperatura de funcionamiento lo cual trae consigo
un mejor aprovechamiento del calor para generar potencia.
Revisión del Sistema de Enfriamiento
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Lo importante a la hora de revisar
el sistema de refrigeración es comprobar su estanqueidad.
El sello de la tapa debe debe apoyarse en forma perfecta con el asiento
que provee la boca de entrada del radiador. Por otra parte la válvula
de vacío, que se encuentra al centro de la tapa, debe sellar
totalmente la salida de líquido. Las cañerías,
tubos y sellos de motor deben ser estancos.
El sello del sistema de enfriamiento se comprueba con una herramienta
especial que permite
presurizar el circuito de refrigeración
y comprobar la existencia de fugas. Al mismo tiempo sirve para probar
el resorte y la estanqueidad del sello de la tapa de radiador. Para
conocer este instrumento pulse sobre las imágenes que aparecen
a continuación.