La válvula de admisión
se refrigera con gases frescos que entran al motor. La de escape
disipa su calor cuando toma contacto con el asiento de válvula.
Esta es una las razones que obligan a mantener la refrigeración
de la culata en condiciones óptimas. La temperatura de
los asientos de válvula debe ser lo más baja
posible. El ancho del asiento en la válvula debe aumentarse
si se observa erosión en esa área.
El movimiento de la válvula,
cuando retorna a su asiento debe ser veloz. La pieza que se encarga
de lograr esto es el
resorte de
vávula el cual debe ser capaz de desplazar la válvula
a su asiento a mayor velocidad que la del movimiento del balancín.
Cuando un motor opera a altas revoluciones y no tiene los resortes
adecuados, sus válvulas no alcanzan a cerrar ("flotan").
El balancín las vuelve a abrir antes de que se apoyen en
su asiento.